Datos Básicos: 6 socios, de los cuales dos pertenecen a la junta directiva del club, realizaron esta ruta circular por el Parque Nacional de Picos de Europa con salida y llegada en Fuente Dé. La ruta tuvo una duración de 5 jornadas, entre las que destacó la segunda, por el desnivel que se salvó en la misma. La climatología fue soleada durante todas las jornadas. 32 kilómetros de longitud y 4200 metros de desnivel positivo hacían que esta ruta fuera especial en muchos aspectos.

 

Crónica: El lunes 21 partieron desde el punto habitual, hacía Madrid, cuatro de los seis integrantes de la actividad en el Parque Nacional de Picos de Europa, a recoger al resto del grupo para después iniciar el viaje hasta Espinama, en Cantabria. Después de comer por el camino, llegamos a nuestro destino, donde cenamos y dormimos antes de empezar los cuatro días de trayecto por el macizo central.
Se levantó el martes soleado y con la promesa de día caluroso en esas latitudes, por ello no nos demoramos y tras un rápido desayuno nos desplazamos al cercano Fuente Dé, donde empezaba la ruta. La ruta comenzó con un ascenso ininterrumpido de novecientos metros, preludio de lo que nos esperaba en los cuatro días, por la Canal del Embudo. Una vez pasada esta canal, llegamos a la Vega de Liordes, una asombrosa, extensa y bella pradera a casi 1.900 metros de altitud. Allí descansamos y continuamos el camino en busca de Las Colladinas, un camino por un collado muy aéreo a 2.185 metros que nos dejó casi a tiro de piedra del Refugio Collado Jermoso. Allí nos recibieron con un festejo celebrando el 75 aniversario; a 2.000 metros, un grupo de música celta, una cena especial al aire libre y algunas jarras de cerveza amenizaron la noche.
Al día siguiente comenzó el día más duro y técnico de todos. Desde el refugio, subimos los 600 metros que nos separaban de la cumbre de La Torre de la Palanca (2.614 metros) a tan sólo un kilómetro y medio de trayecto. Durante esa subida ya empezamos a tener los primeros pasos de trepada que dejaban ver el agreste terreno de Picos de Europa. Tras las fotos de rigor y acompañados de una pareja de montañeros que necesitaban algo de ayuda en la orientación, comenzamos la bajada hasta Hoyo Bajero y de ahí pasamos bordeando hasta Hoyo Grande Cimero para encarar la subida hasta el Tiro del Oso, una empinada subida con piedras sueltas donde el sol y el calor fueron los absolutos protagonistas. En ese punto nos separamos de los dos montañeros, que iban a otro sitio, y comenzamos un complejo tramo de importantes subidas y bajadas por terreno complicado y de alguna travesía vertical que puso a prueba al equipo, aunque no hubo necesidad de encordar a nadie. En este punto, la falta de agua que caracteriza a Picos de Europa, ya pasaba factura a algunos integrantes del grupo. Por fin, y justo para cenar, llegamos al Jou de Los Cabrones, lugar de emplazamiento del refugio José Ramón Lueje, comúnmente llamado refugio de Los Cabrones, donde pudimos descansar.
El tercer día fue el más relajado, tan sólo tres horas y media de trayecto hasta el refugio Julián Delgado Úbeda, más conocido por refugio Urriellu. Una cómoda subida por la Horcada Arenera con tan sólo una sencilla trepada nos dejó en Corona del Raso, donde se tiene una espléndida vista del Pico Urriellu, también conocido por Naranjo de Bulnes. La bajada hasta la Vega de Urriellu, donde está el refugio, la hicimos destrepando por la Brecha de los Cazadores, un bonito descenso equipado con un pasamanos que puso el punto de emoción al día. Debido a la densa niebla que entró por la vega, no pudimos hacer ningún paseo vespertino y dedicamos la tarde a charlar y a jugar a las cartas.
Tras una noche ventosa y húmeda, el día amaneció soleado y fresco, por lo que empezamos el trayecto hasta el cable, como se suele llamar a la estación superior del teleférico de Fuente Dé, con ánimo. Tras una pequeña subida, atravesamos el Jou sin Tierre y el amplio Jou de los Boches para subir hasta el collado de Horcados Rojos. Esta vertical subida de 150 metros cuenta con un pasamanos para ayudar a los que transitan por ella y evitar accidentes. Allí hollamos el pico de Horcados Rojos y admiramos el paisaje para luego visitar el refugio Cabaña Verónica, cuarto refugio de esta salida, haciendo desde allí el largo pero cómodo descenso hasta el cable.
La bajada la hicimos en teleférico, admirando el imponente paredón de casi mil metros que separan la estación superior de la estación inferior. Una vez llegamos a nuestro punto de alojamiento, disfrutamos de un estupendo cocido Lebaniego. Tras un merecido descanso, al día siguiente, partimos hacia Toledo, dando por finalizada la actividad de alta montaña de agosto del Club de Senderismo Montes de Toledo.