Datos Básicos: Finalmente 12 participantes fueron los que tomaron la salida en el área recreativa de la Panera, en la estación del Espinar (Segovia) en una mañana fresquita, aunque soleada. La previsión meteorológica anunciaba tormentas a lo largo del día que podrían llegar a ser fuertes e incluso acompañadas de granizo. Todos los integrantes iban debidamente pertrechados con ponchos y chubasqueros por si era necesario utilizarlos.
El grupo salía bastante puntual a las 8:50 horas del área recreativa, llegando de vuelta al aparcamiento donde se encontraban los vehículos sobre las 19:00 horas. A partir de ahí, hubo integrantes que decidieron tomar un baño en las piscinas que pone a disposición de los visitantes el área recreativa. Otro grupo decidió ir a refrescarse por dentro tomando algo en un bar de la estación del Espinar.

 

Crónica: Los 12 integrantes, partieron hacia el primer puerto de la jornada, el alto del Casetón de 1728 metros. Al principio por una zona de pinar con una subida suave que sirvió de calentamiento al grupo para lo que vendría después. Una vez el grupo tomó el GR-88, la pista comenzó a tender hacia arriba de una forma clara hasta alcanzar tramos con una pendiente del 18%. Además, las moscas que acompañaban al grupo no facilitaban la ascensión.
Una vez alcanzado el alto, el grupo paró a retomar fuerzas y continuar hacia el puerto de Pasapán, ya con el sol en lo alto calentando más de lo debido siendo premonitorio de la tormenta que luego se formaría. Este tramo entre el alto del Casetón y el puerto de Pasapán es el más llevadero con una ligera pendiente y un entorno de bosque.
El puerto de Pasapán es un enclave muy interesante, ya que ahí cambia el entorno radicalmente. Con sus 1846 metros, permite asomarse a la vertiente segoviana, que no se abandonaría hasta llegar a la Pinareja. Como decíamos aquí el entorno cambia radicalmente, ya que se pasa de bosque de pino a piornal y piedra, más propio de las zonas altas. Meteorológicamente, las nubes se iban apoderando rápidamente de las cumbres, por lo que todo hacía indicar que el grupo no podría disfrutar de las buenas vistas que hay desde el pico del Pasapán.
El grupo hizo una parada para hacer alguna foto y examinar lo que quedaba hasta la peña del Oso que se muestra imponente desde este punto.
A partir de ahí, el grupo comenzó a progresar hasta el primer pico del día. El pico de Pasapán, con sus 2005 metros ya nos mostraba lo que iba a ser la ruta hasta la Pinareja. Aquí se confirmó la previsión, y la visibilidad era reducida ya que las nubes subieron rápidamente y se apoderaron de las cumbres de la sierra.

El grupo prosiguió hasta el collado donde unas vacas pastaban tranquilas. Otra breve parada para hacer unas fotos y seguir a la peña Apreturas. Tras la subida a la peña, el grupo vislumbraba la peña del Oso, que con sus 2196 metros se veía imponente pero cercana. Después de otro esfuerzo, se alcanzaba la peña del Oso, que mostraba un aspecto impresionante con las nubes tocando a los participantes y envolviendo todo el entorno, aunque sin dejar una gota de agua.
Tras buscar un sitio protegido de la fuerza del viento el grupo degustó las viandas que cada uno llevaba, reforzando con el vino de la bota de Antonio, un clásico ya en las rutas del club.
Faltaba encarar la zona de crestas que llevaría al grupo a la Pinareja, techo de la ruta. Las nubes no dejaban ver más allá de 20 o 30 metros y ahí se usaron los GPS que nos guiaron hasta el objetivo de la Pinareja, no antes pasar divertidos momentos subiendo y bajando por las crestas.
En la Pinareja (2197m), se hizo otro merecido descanso para reponer fuerzas y planificar la bajada.
Una vez el grupo alcanzó el collado de la Tirobarra (1984 m), se pasó a atravesar una zona de sendas poco marcadas hasta que se tomó la pista que llevaba al primero de los embalses que el grupo atravesaría, el embalse del Espinar y el de las Tabladillas, ambos alimentados por el río Moros. En este primer embalse, tras pasar la presa, el grupo paró a retomar fuerzas y disfrutar del entorno. Tras un breve descanso, y ya sobre pista cómoda, el grupo fue bajando hasta el segundo embalse, el de las Tabladillas, donde varios miembros del grupo aprovecharon para refrescarse los pies y descansar.
Una vez se retomó la marcha, el grupo se encaminó rápidamente hasta el área recreativa, donde parte del grupo se encaminó hacia las piscinas para darse un refrescante baño y otra parte del grupo se encaminó a un bar cercano para tomar el merecido refrigerio y contar anécdotas de la dura pero satisfactoria jornada.