Datos Básicos: Aún no había amanecido a las 6:45 horas, cuando un nutrido grupo de participantes partió hacia Manzanares el Real, en el aparcamiento del área recreativa denominada “Canto cochino” donde se incorporaría el resto del grupo hasta completar 22 participantes.
Una vez unificado el grupo y presentada la ruta, una pista asfaltada nos lleva por la ladera izquierda del río Manzanares hacia el Noroeste por extensos pinares y entre diferentes canchos, como el de los Muertos, hacia el paraje de Los Chorros. Una vez llegamos a este precioso paraje, e informar que la ruta finalizaba en este punto, los asistentes solicitaron a los miembros de la junta alargar la ruta. Desde luego el clima y el entorno, además del estado de forma de los participantes lo requirieron. Continuamos por el PR-18 hasta llegar prácticamente al cruce con el PRM-2, donde la junta directiva decidió parar a descansar y dar la vuelta para visitar la charca Verde y finalizar la ruta sobre las 17:30 horas. Tras los merecidos refrigerios, el grupo regresó a Toledo sobre las 19:30 horas.
Crónica: El grupo se reunión en el punto habitual a las 6:30 de la mañana, muy temprano pero necesario para llegar al punto de inicio de la ruta antes de que se cerrara el acceso. Como ya se sabe, el paso con vehículo a La Pedriza tiene aforo, una vez superado, hay que dejar el coche fuera del parque y llegar andando desde el entorno de Manzanares el Real.
Llegamos a las 8:30 al aparcamiento de Cantocochino, donde nos reunimos con dos grupos de nuestros socios que llegaban de otros puntos. En total 22 personas, entre socios y acompañantes, empezamos a caminar hacia los Chorros del Manzanares.
Ya desde el principio, y adaptándonos a las previsiones meteorológicas de cielos despejados y calor confirmadas la noche anterior, modificamos la ruta para pasar por los pinares que hay bajo el Cancho de los Muertos y El Cáliz, previstos inicialmente para la ida, a la vuelta y así protegernos del sol en las horas más calurosas del día. De paso, podríamos aprovechar los primeros rayos de sol que nos alcanzarían en la subida de Mataelpino ya que a estas primeras horas, la temperatura era más bien baja no superando los seis u ocho grados centígrados.
De camino al destino por esta carretera, posteriormente exenta de asfalto, atravesamos el Prado de las Zorras de camino al puente del Francés, donde nos desviamos hacia la vereda que sube a los Chorros del Manzanares. Aprovechamos a hacer algunas fotos del curso alto del río Manzanares, que con sus aguas cristalinas hace que el paisaje sea digno de ver.
Tras un rato de cómoda subida, llegamos por fin a los Chorros del Manzanares, un grupo de cascadas encajonadas entre paredes de granito que en esta época del año, debido al deshielo, muestran toda su belleza. Después de unas fotos y un tentempié, el grupo, a petición de la mayoría de asistentes, decidió alargar la ruta hasta un punto justo entre la Loma de las Cabezas (que desciende de Cabeza de Hierro Mayor y Menor) por la derecha y La Maliciosa Baja por la izquierda donde tras una breve parada y la tradicional foto de grupo, comenzó la bajada hasta la Charca Verde.
En dos horas, incluida una parada a la sombra de los árboles para comer, llegamos a este bonito y mítico paraje de La Pedriza donde hicimos un dilatado descanso y refrescamos los pies en las frías aguas de Manzanares, tan frías que ninguno de los que allí estábamos pudimos mantener los pies dentro más de diez o quince segundos antes de tener que sacarlos.
Menos de una hora después, llegábamos al aparcamiento del inicio para celebrar la ruta tomando las también clásicas cervezas de final de jornada en uno de los bares “montañeros” del área recreativa de Cantocochino.
Esperamos que todos hayan disfrutado de la ruta, de la compañía y del paisaje. Nos vemos en la siguiente.