Datos Básicos: Finalmente 15 fueron las personas que se dieron cita para la ruta programada para el mes de julio por el Club de Senderismo Montes de Toledo, esta vez se trataba de una ruta nocturna lineal, con punto de inicio en la localidad ciudadrealeña de Retuerta del Bullaque y final en el embalse del pantano de la torre de Abraham.

 

Crónica: El club citó a las personas en dos puntos de reunión como viene siendo habitual en las ya más de 30 rutas que lleva organizando el Club de Senderismo Montes de Toledo. El primer punto de reunión en Toledo en la explanada de Sta. teresa, y el segundo en la estación de servicio del Molinillo.
Una vez recogidas por la organización del club a las personas que se citaban en Toledo iniciaron un viaje de unos 50 minutos hasta la estación de servicio del Molinillo, segundo punto de reunión donde se citó al resto de socios. Tras una pequeña explicación del desarrollo de la ruta, debido a que esta era lineal, se organizó a los asistentes con el fin de dejar unos coches en el final de la ruta y otros en el inicio de la misma. Una vez que dejamos los coches en el punto final de la ruta nos montamos en los coches restantes para dirigimos hacia la localidad de Retuerta del Bullaque.
Pasadas las 22.30 horas de la noche y tras una explicación por parte de la junta directiva de lo que nos iba a deparar la ruta nos pusimos en marcha. Con una temperatura de 19ºC y el cielo despejado todo presagiaba que íbamos a disfrutar de una ruta nocturna de las que gustan a todo amante de la naturaleza. Aunque disponíamos de frontales todos los asistentes no los utilizaron hasta que fue estrictamente necesario por el piso del terreno, el cual en ciertos tramos era algo pedregoso, y es que una vez que nos distanciamos del punto de inicio y disminuyo la contaminación lumínica pudimos observar todo el manto de estrellas, así como la vía láctea la cual se veía nítidamente.
El grupo tuvo muy buen ritmo durante todo el desarrollo de la ruta a pesar de hacer casi todo el trayecto a “oscuras” pero es que la ocasión merecía la pena. Durante el recorrido se efectuaron varias paradas para reagrupar a los asistentes y tomar alguna barrita energética.
En ciertos tramos de la ruta se podía ver a la fauna que habita en estos parajes lo cual nos hacía sentirnos verdaderamente mimetizados con el medio.
Eran las 02.30 horas de la madrugada cuando el grupo llegaba a los coches y el que sería el punto final de una ruta que además de una nueva experiencia para alguno de los asistentes, no defraudo a nadie.