Datos Básicos: 23 Socios y simpatizantes del club, nos reunimos en Toledo para afrontar los 86 kilómetros que nos separaba del punto inicial de la ruta y de los otros 8 socios que se concentraban en el segundo punto. La gripe y constipados, pudieron más que los 6 compañeros que faltaron.
Desde el magnifico aparcamiento habilitado por el Parque Nacional de Cabañeros, a las 10.05 horas con un tiempo muy bueno para la práctica deportiva, soleado, con buena visibilidad y frio, iniciamos el recorrido por una magnifica zona con poco desnivel y donde había desaparecido por completo la pequeña capa de nieve que la cubría los días previos.
Crónica: Dejamos el aparcamiento, para descender suavemente unos 75 metros de desnivel por el Camino del Enredadero, hasta las proximidades del Arroyo de las Viñuelas, donde el numeroso grupo nos dividimos en dos menores y no debido al número, sino que debido a la longitud total sobre el camino, separados en dos grupos, el de cola, perdido el contacto visual con la cabeza, erróneamente, continuó recto por el camino previsto para el regreso, lo que no supuso mayor problema al ser ruta circular, coordinándose perfectamente los grupos a través de comunicaciones walkie talkies. El grupo de cabeza, abandonó el camino cambiándolo por senda, descendió y atravesó el arroyo de las Viñuelas como estaba previsto.
Una vez pasada la zona del Arroyo de Trinchapanes, cruzamos el Arroyo de las Viñuelas y abandonamos la comodidad del camino, para proseguir la ruta por la senda, que paralela a la Sierra de Chorito nos fue aproximando a las rañas del parque nacional, ya con alguna capa menos de ropa, debido a la bondad de las temperaturas. En esta zona el terreno se abre y los rebollos prácticamente dejan espacio a las jaras y a los madroños.
Sin apenas agua atravesamos los arroyos de Carrascalito y Pedro Ruiz y paralelo a él, por senda, iniciamos un ligero descenso hasta recuperar el camino del Enredadero, que de vuelta nos llevo al punto de reagrupamiento de todo el grupo. Desandando el comienzo de la ruta, una larga subida de 125 metros de desnivel, nos llevó hasta el aparcamiento para comenzar el último tramo del día, la ruta de los Alcornoques.
En esta zona del parque nacional existe mucha fauna salvaje, como pudimos comprobar durante el anterior reconocimiento del terreno, pero en esta ocasión no pudimos hacer ningún avistamiento, debido sin duda a lo numeroso del grupo y por tanto más ruidoso. El grupo si pudo localizar el nido de buitres, del que nos reservamos su ubicación, en esta ocasión vacio, a pesar de la observación con prismáticos.
Desde el aparcamiento de nuevo, una senda corta pero empinada nos llevó hasta el punto final, un majestuoso y longevo alcornoque, que nos sirvió de telón de fondo para las fotografías de los socios y amigos. Esta subida está jalonada por viejos rebollos, algunos cargados de líquenes y varios ejemplares de magníficos alcornoques que en conjunto, dan nombre a la senda.
En las proximidades del mirador se realizó la parada central para descansar y comer. Parada que no se prolongó, al ocultarse el sol e iniciarse la bajada de la temperatura, lo que nos permitió regresar a nuestros hogares con suficiente fin de semana por delante para disfrutarlo.