Datos Básicos: En esta ocasión, al no estar muy lejos la zona de la ruta, no tuvimos que madrugar en exceso y se nos convocó en el lugar habitual de Toledo a las 0800 horas, mientras que para el resto de los socios, la Ermita de la Milagra, en la carretera entre Navahermosa y Hontanar y las 0915 horas, era la segunda alternativa y allí, en una buena zona de aparcamiento, nos concentramos los 16 socios y simpatizantes que en algo más de 6 horas cumplimentamos los objetivos del día.

 

Crónica:Los primeros 600 metros de desnivel, algo más de 600, que separan la Ermita de la Milagra y el Corral de Cantos, trascurren prácticamente por pista de tierra con piedra suelta, con carácter general en dirección sureste e inicialmente entre pinares de buen porte y enebros de la miera, para ir cambiando el ambiente a zonas de cuidados robledales, y terminar por zonas de jaras.
Los primeros kilómetros, por buena pista hasta el Collado de la Madroña (Cota 1014), con un tiempo fresco, no más de 5º centígrados y por la Umbría de la Galinda, lo hicimos a muy buen ritmo, desde allí pudimos observar las primeras vistas impresionantes del día, Hontanar y la Sierra del Puerco al oeste, Navahermosa al norte y más lejos, mas allá del valle del Tajo se apreciaba entre la bruma mañanera la silueta de Gredos.
Siguiendo siempre por pista de tierra, continuamos el ascenso por el oeste de la Sombrerera hasta el collado de las Utreras y ganar posteriormente el collado de Corral de Cantos. Abandonada ya la pista, los últimos 600 metros hasta alcanzar el vértice geodésico de Corral de Cantos, se hicieron campo a través. Desde la caseta de forestales, inmediata al vértice geodésico, las vistas son sencillamente impresionantes, lo que aprovechó nuestro Presidente para realizar una vuelta al horizonte e identificar en 360º, una buena cantidad de accidentes topográficos y poblaciones. La tradicional foto de familia enarbolando la bandera del club, puso fin a nuestra estancia en el pico e iniciamos el descenso por el mismo camino.
Alcanzado el colladito al sur de las alturas de la Sombrerera (cota 1305) abandonamos la pista y por derecho, por la línea de máxima pendiente, esquivando brotes de robles rebollos y las muchas rocas y piedras sueltas, alcanzamos el cordal (Cota 1400) y por una perdida senda, saltando de piedra en piedra, con alguna pequeña y elemental trepada en algún caso y con apoyo del trasero en otros, alcanzamos la sombrerera y las dos casetas que allí existen hoy en día. Las vistas desde aquí vuelven a ser impresionantes, especialmente hacia el norte, la zona de Los Navalmorales, Navahermosa, Gálvez, la vega del rio Tajo e incluso las proximidades de Polán. Si tuviésemos que distinguir esta ruta, lo haríamos más por sus impresionantes vistas que por sus pistas y caminos.
En las inmediaciones de la Sombrerera, al abrigo de uno de sus paredones de la cara norte, hicimos la parada central del día para reponer el cansado cuerpo, proveerle de nuevas calorías y elevar el espíritu entre charlas, anécdotas, chistes, fotos y pases de la bota de vino, que también contribuye a ello.
Concluido el refrigerio y alcanzada la pista que utilizamos en la ida por la mañana, al llegar al collado de la Madroña, abandonamos la pista y por la senda de la Madroña, que en ocasiones era una simple torrentera seca, entre campos de jaras, alcanzamos las inmediaciones de Hontanar y desde allí, a una caseta de avistamiento de aves. En esta ocasión ningún ave acudió a la cita y tuvimos que conformarnos contemplando los apostaderos y descansaderos, fácilmente identificables por los restos de detritos y excrementos que pintan el paredón rocoso frente a la caseta.
De nuevo, una buena pista nos llevó hasta el camping de La Milagra y hasta la decepción del día, el imponente y varias veces centenario alcornoque, tantas veces fotografiado que hay en la entrada del camping, yace inerte, roto y en parte quemado. Todo tiene su fin, pero es penoso verlo en esas circunstancias, yaciendo en lugar de soberbio e inhiesto mostrando su espectacular porte.
Los vehículos ya estaban cerca y Navahermosa también, así es que después de cumplir el ritual de congregarnos en amena charla, mientras se hidrata el cuerpo, nos dirigimos a Toledo dando por concluida una estupenda jornada, con un tiempo que seguro será difícil recuperar antes de la próxima primavera.

Corral de Cantos-La Sombrerera