Datos Básicos: En nuestro habitual punto de reunión a las 08:00 horas y a las 09:30 horas en el bar Andarríos de Buitrago de Lozoya estaba prevista la reunión final de los 34 socios y simpatizantes anotados para la actividad, no obstante, el tráfico por las inmediaciones de Madrid y algún retraso, llevó hasta las 10:00 nuestro inicio y con 33 participantes por una baja de última hora. El recorrido fue de 11,9 kilómetros y un desnivel de 250 metros.
Crónica: Nada más iniciar la marcha, el organizador de la ruta decidió cambiar el sentido de la misma y comenzar por el previsto camino de regreso, así es que tras superar la incómoda y olorosa estación depuradora, atravesamos el rio Lozoya por un estrecho puente para soportar canalizaciones e iniciamos el ascenso hasta el mirador del suroeste de la cota 1038, desde donde hay una magnífica vista panorámica sobre el pueblo y sus alrededores. Ya que la ruta estaba prevista como de realización cómoda y relajada, con niños para fomentar el conocimiento del medio ambiente y fomentar la práctica del senderismo, aquí hicimos la primera parada para contemplar los alrededores y realizar las primeras fotografías.
Dos kilómetros de buen camino, llano y por un frondoso pinar, nos llevó hasta las ruinas del Palacio de Osuna que aprovechamos para visitar, extremando las precauciones debido al deterioro de la construcción y algunos aprovecharon ya para ingerir algún alimento y trago de agua. Finalizada la parada, de nuevo por buen camino, retomamos la ruta hacia la estación de telecomunicaciones de Telefónica.
Ya antes de llegar a la altura de la valla de cierre de la estación, desde el este, de la zona de Tercio Bajero o Escubillos se incorporó al camino que llevábamos, venían campo a través, un numeroso grupo de senderistas de Madrid, con los que intercambiamos teléfonos, correos, etc. para continuar en contacto e intercambiar información en el futuro. ¡Quién sabe, quizás en el futuro podamos realizar alguna actividad en común!
Después de saltar un muro de piedras, cruzar la carretera M-137 y pasar de largo el helipuerto, llegamos a la fortificación de Peñas Zorreras, que no visitamos por estar en ese lugar el grupo de senderistas madrileños con los que habíamos coincidido anteriormente y llevaban nuestro mismo camino. Una ascensión tendida, suave, de algo más de un kilómetro, por senda o campo a través nos llevó hasta el depósito de agua del cerro Cabeza Retamosa, donde hicimos la parada central del día y tuvimos tiempo para comer, estrenar en grupo la nueva bota de vino y dar tiempo a los niños para fabricar el muñeco de nieve que nos había de servir como compañero para la tradicional foto de grupo con bandera.
Un suave esta vez descenso y un par de cercas que tuvimos que abrir y cerrar, nos puso a los pies del Cerro Cabeza Velayos donde aún existen restos de fortificaciones y trincheras de la guerra del 1936/39. A la zona también se la conoce por la Posición o el Cerro del Alemán, ya que aquí durante la guerra, hubo una destacada defensa por soldados del Ejercito Republicano comandados por un alemán. La posición defensiva o sus restos, formaban parte de la defensa que trataba de cerrar el camino hacia Madrid desde el norte, desde el Puerto de Somosierra por la vía de penetración de la carretera nacional.
A la caída de Cabeza Velayos, de nuevo coincidimos con el grupo senderista de Madrid, por lo que hubo que visitar por turnos los ramales de trinchera y la cueva excavada que durante la guerra se utilizó como polvorín. Ya desde aquí un tranquilo paseo nos llevo de nuevo hasta los coches y el bar que nos acogió para dar cuenta de las ya tradicionales cervezas, esta vez acompañadas de torreznos de Soria entre otras delicias. Aquí se disolvió el grupo y se reemprendieron los regresos a los distintos puntos de procedencia.