Datos Básicos: El itinerario, tiene una longitud de 12 kilómetros y un desnivel de unos 450 metros.
A las 9:00 horas, tras reunirnos en el punto de salida en la rotonda de entrada al pueblo de Noez desde la carretera CM401, los asistentes a la ruta, (un reducido grupo de 9 personas y 2 perros), comenzaron un agradable paseo por una pista ancha y en buen estado, con una temperatura que amenazaba calor, bastante calor.

Crónica:A las 9:15 aproximadamente, iniciamos el camino por una ancha pista que llega hasta las instalaciones de una estación sísmica. Aquí cruzamos con una senda que sube directamente a los Castillejos, pero nosotros seguimos por la pista que ya comienza a ascender suave, pero constante.
El calor se hace notar y poco a poco vamos ganando altura hasta llegar a un mirador, desde donde se alcanza a ver el Pantano de Castrejón y las Barrancas de Burujón. Nos desviamos por indicación de Antonio y nos guía hasta una cueva escondida en un risco y nos ilustra con una breve explicación acerca del posible origen y uso de la misma.
Continuamos por la senda y llegamos a la zona llamada Los Castillejos, donde están los restos de una posición de observación usada en la Guerra Civil. Esta a su vez aprovechaba los restos de una torre de vigilancia antigua, que a su vez se asentaba en un posible monumento funerario de la edad del bronce.
Volvemos al mirador y continuamos el ascenso hasta la cima de 1034 m, punto más alto de la ruta. Hacemos una parada para reponer fuerzas y nos hacemos la foto con la bandera del club. El cerro está coronado con una rosa de los vientos y el hito geográfico correspondiente.
Las vistas son impresionantes. Toda la campiña toledana queda a nuestra vista: Las Barrancas, la Sierra de Layos, la Cuerda de la Sierra del Castañar y Los Montes de Toledo.
Tras la pausa y unas fotos, deshacemos parte del camino, y tomamos un sendero que desciende hacia el Puerto de la Jarosa. Aquí, Antonio nos muestra unas rocas apartadas del camino, en la que figuran múltiples inscripciones grabadas a navaja, hechas por los pastores de los años 40, 50 y 60. Incluso nos enseña una que pertenece a su padre.
Tras esta breve pausa, llegamos al Puerto de la Jarosa, desde donde campo a través iniciamos el ascenso a la Sierra de Alpuébrega.
Serpenteamos por la ladera de pendiente moderada y ganamos altura, hasta llegar a la cima, en la que se aprecian claramente los restos de un poblado fortificado de época argárica, que según nos cuenta Antonio, fue saqueado antes de poder ser catalogado e inventariado.
Entre los restos, se aprecia parte de un muro defensivo y restos de un pozo y varias construcciones. Tras las fotos, descendemos y seguimos la senda, hasta enlazar con el camino que rodea un pinar y nos devuelve al pueblo.
A destacar la labor de limpieza de basura y residuos que realizó nuestro compañero Agustín durante la ruta.
Una vez en el pueblo, pasamos un rato muy agradable tomando unas cervezas en una terraza e hicimos entrega a Antonio de un libro de rutas por la provincia de Toledo.

LXX Ruta: Las dos Sierras de Noez