Datos Básicos: En esta ocasión, La Mira (2343) uno de los picos emblemáticos de la Sierra de Gredos, era el difícil objetivo marcado por el club, en una tradicional ruta, para desde la ladera sur y dejando a nuestras espalda el valle del rio Tiétar, subir hasta el cordal que marca las alturas de la Sierra de Gredos y alcanzar La Mira.
La ladera sur y las temperaturas anunciadas, nos hizo cargar las mochilas con suficiente líquido y mucho ánimo para una ruta de más de 1300 metros de desnivel, que se presumía difícil y así estaba catalogada. No nos equivocamos, pero en esta ocasión también, el grupo se impuso a las dificultades y nuestra bandera ondeó en el punto más alto de La Mira, a la vista del nevado Circo de Gredos.

 

Crónica: Con puntualidad, a las 07:00 horas en dos vehículos, partimos desde Toledo el grueso del grupo, 7 socios, para unirnos posteriormente en el área recreativa Nogal del Barranco con el último socio y a las 09:10 horas después de una pequeña pausa para tomar café, iniciamos los 8 la actividad del día.

Los algo más de 12 kilómetros y más de 1300 metros de desnivel, unido al calor especialmente a partir del mediodía y en la bajada, nos hizo concluirla a las 18.35 horas, después de más de 9 horas en la ruta y con una ejecución en la que no abundaron las paradas, ni fueron muy largas.
Crónica: A pesar de lo prudente de la hora, las 09:00, el pequeño aparcamiento alrededor del monumento a la cabra hispánica en el Nogal del barranco, estaba completo, por lo que los arcenes fue la solución alternativa para dejar los vehículos e iniciar la ruta. Con fresco, al amparo de los altos arboles, generalmente pinos y por un buen camino enlosado con piedras, que ascendía moderadamente y está perfectamente marcado, empezamos a acumular metros de desnivel.
Los 3 primeros kilómetros no fueron especialmente penosos, algo más de 450 metros de ascenso, pero a cubierto de buenos arboles, cruzando arroyos con agua y refrescándonos en las fuentes como la del Amanecer y la de Macario, por una senda de buen firme.
Prácticamente después del tercer kilometro, la senda gana en pendiente y pierde calidad de firme, a lo que hay que añadir ya la ausencia de arboledas que dará paso al omnipresente sol que nos acompañara el resto de la ruta. Como estaba previsto, después de cruzar el arroyo de Los Galayos, abandonamos el inicio de La Apretura y atacamos las nombradas zetas a las 10:45 horas. Habíamos progresado a buen ritmo.
Con los imponentes Galayos flanqueando nuestro ascenso por las zetas, en una hora alcanzamos el refugio Victory, donde hicimos un pequeño alto en el camino para contemplar las muchas cordadas que atacaban las distintas vías de los Galayos. De nuevo nos pusimos en camino por una áspera senda, apenas marcada por unos diluidos hitos y con piedras y tierra suelta en ocasiones, rocas en otras, que nos obligó a tener que utilizar las manos y en unos 5 kilómetros alcanzamos la portilla que da paso a la suave pendiente que nos llevaría a La Mira. Más de 1100 metros de desnivel habíamos ascendido en esos 5 kilómetros.

Lanchamala