Datos Básicos: A pesar de la fría mañana, en la que se osciló entre los -3 y los +6 grados, el reducido grupo de seis personas que pudo asistir debido a las limitaciones por la pandemia, disfrutó de una magnífica jornada de senderismo en la que se recorrieron aproximadamente 17 Km., salvando un ligero desnivel de 209 m

Crónica: Esta vez, los participantes en la ruta se reunieron directamente en el punto inicial. Tras una breve explicación de los pormenores del recorrido, se inició el movimiento sobre las 09:45, con una baja temperatura, pero con la ilusión de disfrutar de la jornada.
Transcurridos los primeros 20 minutos de marcha, se realizó el primer alto técnico con el fin de ajustar el equipo, continuando por una cómoda pista en dirección este, en la que se cruzó el Arroyo Valdemaqueda y se alcanzó la Cañada Real Segoviana. Desde allí, y sin abandonar esta vía, el grupo se internó en dirección sur, a través de un campo repleto de encinas, hasta las inmediaciones del Vértice Torcón. Durante este camino, nunca faltó la compañía de diferentes aves rapaces, así como ganado vacuno y algún simpático asno.
Se ascendió por una suave pendiente al Vértice Torcón, desde donde se pudo contemplar una excelente panorámica, no solo de la hoya del Torcón sino de toda la cadena montañosa que se extiende al sur (Montes de Toledo) y, mucho más lejos, al noroeste y repleto de nieve, Gredos.
Este privilegiado lugar, también sirvió para realizar la tradicional foto de grupo, así como para reponer fuerzas.
Finalizado el segundo alto, se continuó la progresión por la cañada antes mencionada, en la que el grupo se adentraba cada vez más en un inmenso bosque de encinas, repleto de rocas graníticas de multitud de formas y tamaños. Este paisaje les condujo a la tristemente seca cola del Pantano del Torcón, lugar donde se empezaron a localizar, no sin gran sorpresa por parte de algunos, las primeras tumbas rupestres correspondientes a la conocida como “Necrópolis del Casar del Asno”.
Tras las obligadas fotografías y la interesante lectura del cartel que ilustra sobre su misterioso origen, el grupo reanudó la marcha, volviendo brevemente sobre sus pasos hasta alcanzar la desviación que les conduciría a la siguiente “sorpresa” de la jornada.
Esta “sorpresa” no era otra que el hallazgo de otro de los elementos arqueológicos que enriquecen esta ruta, nos referimos al “Verraco del Torcón” o “Toro de Menasalbas”, escultura zoomorfa de piedra similar a los conocidos Toros de Guisando.
Llegados a este punto, el grupo procedió a reponer fuerzas de nuevo, y tras una animada charla, con intercambio responsable (normas COVID) de viandas, se reanudó la marcha hasta alcanzar el punto final.
Conviene destacar el esfuerzo que, siempre que es posible, los miembros del Club realizan con el fin de que nuestros campos permanezcan más limpios y libres de la basura que, desgraciadamente, abandonan muchos desaprensivos.
Tras casi cinco horas, 17 km. recorridos y 209 m. de desnivel, la ruta finalizó sin ningún accidente o lesión dignos de mención.

CIV Ruta – El Torcón y sus restos arqueológicos