Datos Básicos: Aunque seguimos bajo los efectos de la pandemia de COVID19, hemos podido organizar esta ruta con límite de 6 personas, mientras la federación nos aclara si podemos aumentar el número de participantes.
El inicio de la ruta eran las ruinas de la Ermita de San Pedro de la Mata cerca de la pedanía de Casalgordo. El destino era el Risco del Judío de 1228m de altitud.

Crónica: Debido a lo reducido del grupo y la diversa procedencia de sus miembros, hemos quedado para desayunar en el bar stop de Mazarambroz. Desde allí nos reagrupamos en dos coches y tomamos la carretera con dirección a Casalgordo que nos lleva a la pista que se dirige a las ruinas de San Pedro de la Mata.
Una vez aparcados los coches, decidimos dejar la visita a las ruinas para el final de la ruta, pues debido a la lluvia, que aunque fina, no ha dejado de acompañarnos durante el viaje. El camino es bueno y avanza entre frutales y olivos hasta alcanzar la intersección con el camino de Santa Bárbara, que discurre entre pinares y dehesas de encinas y quejigos.
Tras pasar por dos cancelas, alcanzamos la senda que asciende paralela al Arroyo Guajaraz, que no lleva ni una gota de agua a pesar de la lluvia que nos acompaña durante todo el camino. La senda es estrecha pero cómoda de andar. La neblina no nos deja ver lo alto de la sierra, pero entre algunos claros se adivinan robles con colores otoñales. De repente dos imponentes ciervos cruzan delante de nosotros y desaparecen entre las altas jaras que flanquean la senda, que zigzaguea hasta alcanzar Puerto Albarda, donde recuperamos el resuello y nos reagrupamos.
Ahora giramos a la izquierda y cogemos el camino que asciende a la cima, aunque los últimos 150 metros son campo a través hasta alcanzar el vértice del Risco del Judío, que es el techo de la ruta y nuestro objetivo.
Nos hacemos la foto con la bandera del club y aprovechando una tregua de la lluvia, recuperamos fuerzas. Sopla un poco de viento y la niebla nos impide apreciar las vistas y hacer más fotos.
Iniciamos la vuelta y alcanzamos la senda, que ahora bajamos mientras la lluvia nos acompaña otra vez, pero débil e intermitente. Cuando la senda termina, alcanzamos la “Casa de Rafael” y al abrigo de su porche, comemos.
Reiniciamos la marcha y tras dejar atrás las cancelas, observamos a un lado del camino tras las vallas de un coto de caza, una manada de tres jabalíes que no rehúyen nuestra presencia y nos permiten que tomemos unas curiosas fotos de los animales comiendo y hozando tranquilamente.
Alcanzamos las ruinas de la ermita y nos tomamos tiempo para leer su descripción y recorrerla mientras hacemos más fotos.
Un paisano que tiene casa y finca enfrente nos regala una enorme calabaza y mientras nos cambiamos de calzado y hacemos unos estiramientos, la troceamos y nos la repartimos.
La ruta termina con un poco de tertulia y cerveza en el mismo bar donde nos reunimos por la mañana.

CII Ruta: Ermita de San Pedro de la Mata – Risco del Judío